Anatomie Bibliologiche. Saggi di storia del libro per il centenario de "La Bibliofilia"
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Resumen
En abril de 1899 el librero y editor Leo Samuel Olschki culminó en Florencia un viejo sueño: fundar una revista dirigida a los amantes de los libros raros, antiguos y preciosos en cuyas páginas se diesen a conocer, para su mejor estima, los tesoros artísticos y bibliográficos de las colecciones italianas. Llamó «La Bibliofilia» a la revista que acababa de inventar. El propósito de Olschki no era meramente vistoso. En el «programma» con que inauguró el primer número de la revista redactó una apelación a la sensibilidad de los coleccionistas de libros y denunció la indiferencia con la que el país que mejor gusto había demostrado en el arte de la imprenta miraba hacia su pasado editorial. Como un nuevo humanista, Olschki quería inducir a la búsqueda de valiosos libros, no solo por su vestidura sino por su contenido, y procuró conmover a sus compatriotas haciéndoles conscientes de que demasiadas joyas habían salido ya de Italia para ennoblecer otras bibliotecas europeas y americanas sin que a nadie le hubiese importado. En esta apelación a conservar y a difundir el patrimonio artístico nacional Olschki llegó a considerar que la revista que acababa de fundar debía tener también una voz propia, ser vehículo de ideas originales, constituirse en una publicación distinguida por el rigor de sus colaboradores y avalada por la extraordinaria calidad de los libros reflejados en sus páginas, libros italianos, capaces por sí mismos de probar que el arte tipográfica nacional superaba en belleza e interés al de cualquier otra nación.