Aspiraciones del cronista de Calvete de Estrella en la correspondencia de Granvela y elogios a su túmulo imperial
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Resumen
Juan Cristóbal Calvete de Estrella (c. 1510-1593) tiene una temprana vinculación con la figura del Emperador Carlos V. En las cortes de Monzón le ofreció en mano unos Epigramas y al poco, entre 1533 y 1534, conmemoró el regreso del César a España en un Panegiricum. Poco a poco se introduce en los círculos áulicos, sobre todo a raíz de que Juan de Zúñiga fuera designado ayo del príncipe Felipe en 1535 y, en 1541, sería nombrado maestro de los pajes de Su Alteza. Junto a Honorato Juan, Juan Ginés de Sepúlveda y Francisco de Vargas, Calvete de Estrella se ocupa de la formación principesca. En Salamanca y Medina del Campo adquirió libros poco más tarde para Don Felipe, libros que se hallan en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Su fama se inmortalizó por ser el autor del Felicísimo viaje (1552), pero se hizo célebre asimismo su descripción del monumento funerario en memoria del Emperador levantado en San Benito de Valladolid, e impreso en esta ciudad en 1559, en el taller de Francisco Fernández de Córdova. Se conserva un ejemplar en la Real Biblioteca (IX/6269). En la licencia de impresión y en el privilegio, que llevan fechas de enero y febrero de 1559, se señala que no solo compuso la prosa y versos que forman el texto sino que realizó dibujos para el túmulo. Prueba del eco de esta descripción es la carta que le dirigió el cardenal Granvela, cuya minuta se guarda en la Real Biblioteca y que reproducimos a continuación.