Lorenzo Ramírez de Prado en la Real Biblioteca
Contenido principal del artículo
Resumen
No tuvieron demasiada suerte quienes dedicaron sus afanes, tiempo y dinero a formar ricas y selectas bibliotecas, puesto que tales recursos parecieron a sus herederos dignos de mejor destino. Así ocurrió con una de las más ricas bibliotecas del siglo XVII español, la de Lorenzo Ramírez de Prado. A su muerte, en 1658, la viuda no tardó mucho en expresar sus deseos de deshacerse de tan preciado bien. El destino se vengó: su marido había coleccionado «demasiados» libros y por fuerza había de haber entre ellos no pocos sospechosos, de modo que antes de ponerse a la venta debía sufrir la inspección de los visitadores del Santo Oficio. Así las cosas, doña Lorenza de Cárdenas no pudo desalojar a tan molesta inquilina hasta 1662, año en el que se data el impreso que contiene el inventario de los libros (Entrambasaguas 1943a; Rodríguez-Moñino).