Cultura della guerra e arti della Pace. Il III Duca di Osuna in Sicilia e a Napoli (1611-1620) Sánchez García, Encarnación (Dir.). Napoli, Tullio Pironti Editore, 2012
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Resumen
En la España de los Felipes hubo personalidades que ya en vida se convirtieron para su sociedad en referentes de una fama de enorme nombradía, sustentada en sus logros militares; fueron los casos, por muestra, de don Juan de Austria, del Duque de Alba o del de Osuna. En efecto, sin duda uno de estos perfiles fue el del III Duque de Osuna, don Pedro Téllez-Girón (1574-1624). Como se sabe, tras su destacado paso por Flandes, fue capitán general, virrey de Sicilia (1610-1616) y luego de Nápoles (1616-1620). Armó una gran flota corsaria con enorme costa suya –era la segunda fortuna nobiliaria tras Medina-Sidonia–, la mayor existente entonces en el Mediterráneo, para frenar a turcos y venecianos. Y su estilo decidido, incluso audaz, le granjeó tanta admiración como enemigos. Dio lugar a la célebre conjura de Venecia, de 1618, y ocupó un papel tan protagónico entre los hombres fuertes del reinado de Felipe III que, al acceder al valimiento Olivares, cayó en desgracia de don Gaspar, necesitado de hombres nuevos más dúctiles y leales a su persona. Sus coetáneos cantaron su espíritu, caso de Cervantes en el Quijote, donde se subraya lo grande que era pese a su baja estatura (I, 21); ya en vida era llamado «el Grande Osuna» o «el Gran Duque».