Vaivenes del Cancionero Musical de Palacio
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Resumen
El manuscrito de la Real Biblioteca con signatura II/1335 es generalmente conocido como «Cancionero musical de Palacio». La mitad del nombre debe menos a ese hábito locativo de designar códices según su residencia que al título con el que se dio a conocer gracias a su primer editor, Francisco Asenjo Barbieri. En 1890, veinte años después de que él hubiera tenido noticia de su existencia, el manuscrito se publicó con un título descriptivo que hoy sirve para recordarnos el benemérito propósito de una erudición que serviría para cambiar los estudios históricos sobre el origen de la música popular en España: Cancionero musical de los siglos XV y XVI. En una carta a su amigo Felipe Pedrell, fechada el 8 de marzo de 1890, Barbieri celebraba con letras mayúsculas el remate de una labor fatigosísima que cumplía dos décadas de esfuerzo: «la impresión del Cancionero ¡Se ha terminado!». Veinte años antes, cuando aún ignoraba la tarea que le depararía el tiempo, se producían estos hechos que describen un hallazgo bibliográfico para el que aún no existía un nombre preciso