Libros de Luis de Castilla (ca. 1540-1618) en la Casa del Sol
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Resumen
A lo largo de su vida, Diego Sarmiento de Acuña compró libros sueltos, encargó copias, prestó ejemplares de su librería para que fueran copiados a cambio de otros –un acuerdo particularmente ventajoso al que llegó con Pedro Álvarez Osorio, VIII Marqués de Astorga–, se quedó con libros ajenos y perdió alguno propio, negoció con libreros la adquisición de obras que seleccionaba valiéndose de una memoria manuscrita de títulos y, muy probablemente, compró también lotes –con menos discriminación– en almonedas. De estas prácticas quedan trazas en su correspondencia, cuando no las propias «memorias de librerías» e «inventarios de papeles», elaborados precisamente para seleccionar títulos. Uno de los ejemplos más elocuentes al respecto lo tenemos en una nota que el marqués de Velada incluyó para don Diego en el momento de enviarle una relación manuscrita de los papeles que habían pertenecido al comendador mayor de Castilla, don Juan de Zúñiga. El catálogo que remite es para que el destinatario «lo vea y rraye en los márgenes lo que le contentare» [II/2134, 232; Bouza ed. 1996-1997].