José Manuel Prieto Bernabé, Lectura y lectores. La cultura del impreso en el Madrid del Siglo de Oro (1550-1650). Mérida, Junta de Extremadura, 2004. 2 vols., 615 págs.
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Resumen
Solía decir el gran cervantista don Francisco Rodríguez Marín que los protocolos notariales eran cofres donde se podían hallar las más preciadas gemas. En efecto, en la época de la juventud de don Francisco, en las últimas décadas del siglo XIX, fue cuando se consolidó por parte de los historiadores de la literatura la aportación documental que aquellos reclamaban para vertebrar sus investigaciones. Eran también los tiempos del paciente Cristóbal Pérez Pastor que, pertinaz, acudía cada día tras sus deberes eclesiásticos al Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, a la búsqueda de cartas de obligación de impresión, de compraventa de privilegios, de compra de papel, de testamentos de los autores áureos o de cualquier documento relacionado ya no solo con su producción sino con sus vidas. No en vano, este rico archivo creado por real cédula de 5 de marzo de 1765, conserva casi unos 40.000 volúmenes que van de 1504 a 1900. El auge del documento notarial como fuente del modernismo, dejando a un lado el siglodorismo, ininterrumpido desde fines del XIX y que tuvo en los cuarenta y cincuenta a su principal personalidad en Agustín González de Amezúa, se produce en los primeros años ochenta bajo dos nuevas visiones, la de la historia de las mentalidades y la de la historia económica.